7 de diciembre de 2010

expender ingeniería


Esta ilustración la hice para la ultima revista pymes del año, en la que colaboro mensualmente. Por cosas de estas épocas virtuales, aún con Verónica Borsani, la diseñadora con la que trabajo, no nos conocemos ni las caras. Lo mejor es que de todas maneras compartimos y cruzamos miradas. En la propia dinámica, desde el pedido hasta el plantado en página la cosa fluye y marcha. Respeto, confianza, puntualidad y un algo más hacen muy cómodo y libre este espacio de trabajo.

Ilustrar implica anclar en el texto, tema, título, pero lo difícil es que la imagen nos guste y no traicionarse. Trato de esquivar mis propios lugares comunes como un podio en donde la expendedora sea la ganadora con coronita de laureles y todo. Asique me doy permiso para jugar a la ingeniería espacial, es algo que pasa en el mismo momento de dibujar, pensar, bocetar, buscar, subir, bajar, ir viendo como dialoga cada peso, cada textura. Me cuelgo pensado en porque cada objeto está ahí y no en otro lugar, en que está pensando cada oficinista, con quien habla la chica del tecito, y a quien espera el señor de la sala de visitas.

4 comentarios:

Roxi dijo...

El dibujo termina por ser el decisor de una lectura profunda del texto. De mas esta decirte que sos una excelente puerta para el escritor.
Como vuelven imagenes olvidadas de una experiencia celeste y blanca!! Todo suma!!

Viviana Bilotti dijo...

Me habías adelantado, pero que bueno leerte por acá hermana!ser puerta de algo ya está más que bien, gracias Ro.
Y joder que por un momento creí que había olvidado esas épocas oficiniles, pero claro que todo suma!se hace tan parte de una,cada experiencia vivida, que creo que tenia en el cuerpo la información casi sin darme cuenta:-)
salu!

Unknown dijo...

O cómo una mancha amorfa se convierte en un universo mágico... Sólo confío en realidad, porque siempre la vuelta es sorprendente, minuciosa y disfrutable. Entonces, cómo se me ocurriría algo más que dejar hacer para que salga ese mundo de personajes, historias y texturas. Y más aún en estas épocas virtuales, en las que tanto se agradece un arte tan humano, de "la que está ahí", presente, con lápiz, pincel, agua y corazón.

Viviana Bilotti dijo...

Ese "solo confío en realidad" ya me deja la panza llena, pero muy llena. Gracias Verónica!